Todo un placer

 

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Además de poder salir de vacaciones cuando a uno le corresponde su jornada de descanso durante el año, hay otras ocasiones en las que es posible disfrutar de vuelos y viajes a lugares más o menos distantes en función da varios factores como el tiempo del que se dispone o el dinero que se puede gastar uno en esos días. Pero sin importar lo cerca o lo lejos que uno se puede ir, la realidad es que es todo un placer poder cambiar de aires, abandonar la rutina de todos los días y regresar a casa con las pilas cargadas sobretodo si uno ha podido descansar en lugar de machacarse dando vueltas de un lado a otro porque queríamos verlo todo y teníamos poco tiempo para hacerlo.

Al margen del estado en el que hayamos regresado de nuestros días de descanso, surge una paradoja muy curiosa cuando se trata de vuelos y viajes, y es que si bien parece que se desea que lleguen estos días para salir y escapar de la rutina, a la vez uno está deseando volver a casa cuando se está de viaje. Y es que si bien es cierto que somos viajeros por naturaleza, también es igual de verdadero que uno no se siente en ningún sitio como se siente en su casa.