Plaza de Toros de Ronda

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Esta casa de festividades taurinas esencial de la ciudad de Ronda, atrae miradas desde todos los puntos del planeta, siendo, aún hoy, las corridas de toros, un elemento simbólico de la cultura de nuestro país.

Más allá de nuestro gusto o no por la tauromaquia, el edificio de la Plaza de Toros es único: 66 metros de diámetro de ruedo, circundado por un callejón y formado por dos anillos de piedra. Los tendidos poseen 5 filas de gradas, de 2 pisos, con 136 columnas de estilo toscano formando 68 arcos, salvo las del Palco Real. Cubierta con tejado a dos aguas de teja árabe, la elegancia de su interior no tiene comparación con ninguna otra plaza de toros que hayamos podido ver.

Los orígenes de esta tradición taurina en Ronda se encuentran en la creación en el año 1.572 de La Real Maestranza de Caballería de Ronda, para que se mantuviese el necesario manejo de los caballos, esenciales en este arte. Para ello, este cuerpo dedicó un espacio de la ciudad para los ejercicios ecuestres, entre los cuales, como es tradicional en España y desde la Edad Media, se incluyeron en los juegos de destreza con toros.

Sus obras se atribuyen a Martín de Aldehuela, el mismo arquitecto del espectacular Puente Nuevo sobre el Tajo de Ronda y esté construida en piedra de arenisca.

Ilustres espectadores han asistido a lo largo de la historia a las famosas “corridas goyescas” de la ciudad de Ronda (denominadas así por Antonio Ordóñez, su creador, quien en 1954 creó la corrida donde el exorno y la vestimenta nos trasladan a la época del pintor Goya), como Orson Wells y Ernest Hemingway. ¡Démosles ahora nosotros una oportunidad para que nos impresionen!